domingo, 1 de agosto de 2010

vivir la riqueza de Dios ante Sus ojos

En esta época, el lema “time is money” (el tiempo es dinero) es un lema en que la gente de hoy confía y cree que es verdad. Este se caracteriza por las ocupaciones y actividades de esta época. Desde la mañana hasta la tarde, incluso hasta la noche, la gente siempre está trabajando y trabajando, reunión allí y reunión allá. Es así que por mucha reunión y trabajo, la gente olvida todas las cosas, incluso a su familia.
La propiedad o la riqueza es una cosa buscada por los seres humanos. A través de los trabajos que hacen, ya sea desde el puesto de gerente hasta el Junior de una empresa, dentro de las empresas privadas pequeñas o grandes, ellos los hacen porque necesitan de dinero para su vida cotidiana. También los artistas que cantan en la calle o de bus en bus; ellos lo hacen para ganar dinero para las necesidades de sus vidas. El dinero es necesario para comprar algo. En medio de las necesidades básicas de la vida humana, las lecturas de hoy nos dan las enseñanzas sobre una propiedad o riqueza y cómo debemos comportarnos hacia la riqueza.
Algunas personas creen que si tienen riquezas y un montón de dinero o bienes, entonces sus vidas estarán felices y contentas. Pero ¿es realmente así? El Libro del Eclesiastés nos dice que todo es vanidad, pura vanidad. Este texto quiere decir que todo lo que hacemos será vanidad si nosotros lo hacemos solo por el dinero y la riqueza. Todo será en vano si la riqueza constituye el objetivo de nuestra vida. En otras palabras, todo lo que hacemos nunca será en vano si lo hacemos con el propósito correcto, si en un valor supremo y por la gloria de Dios.
Como creyentes, tenemos un propósito en la vida, es decir, vivir en Cristo. San Pablo, en la segunda lectura nos dice que Cristo es nuestra vida. Vivir en Cristo significa vivir en primer lugar no para sí mismos sino para los demás y la gloria de Dios. Vivir en Cristo es vivir para morir al egoísmo y al placer personal; y vivir para aquellos que necesitan de nuestra ayuda. Vivir en Cristo significa también que sabemos por dónde debemos caminar; y que además, que es lo que debemos buscar primero, es decir, que no debemos solo perseguir las riquezas mundanas, sino que debemos buscar primero la vida espiritual que es la verdadera riqueza. Esta es una vida de riqueza delante de Dios. Esta riqueza es la verdadera vida, es decir, vivir donde cada uno puede sentir la riqueza de la gracia de Dios a través de lo que compartimos con los demás.
Vivir la riqueza de Dios ante sus ojos será un desafío para toda la vida. En todos los tiempos, el mundo siempre ofrece cosas interesantes. "El Mundo" siempre nos tienta para mantener nuestras manos empuñadas (en chileno apretadas como mano de guagua), para que nuestra riqueza no pueda ser vista y valorada por otros. Tal vez vamos a decir: "Esto es mío. Este es un esfuerzo personal y merezco disfrutar de ello." Pero debemos recordar que lo que tenemos, lo que recibimos es regalo de Dios. El Don es verdaderamente un don que también debemos compartir con otros. Jesús nos ha advertido: "Cuídense de toda avaricia, porque aun en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas."
Espero que nuestra vida sea siempre rica a los ojos de Dios a través de nuestro compartir con los demás, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.