¿El Espíritu Santo ha sido Dios olvidado?

Al celebrar Pentecostés, recordamos el Espíritu Santo. De hecho sin darnos cuenta, el Espíritu Santo siempre nos guía en cada momento de nuestra vida, cada segundo, minuto, hora, día, meses y años. Somos hijos de Dios por ser guiados por el Espíritu Santo que nuestro Padre y mismo Jesús nos ha regalado.
Lamentablemente, el Espíritu Santo muchas veces ha sido Dios olvidado. Él es el Dios que para nosotros no es más que un pájaro blanco que simboliza la pureza. Pero el Espíritu Santo es el Espíritu que ha sido soplado y enviado por Jesús a sus discípulos, a fin de que todos los que son bautizados reciben Sus dones.
Esta época es la era del Espíritu Santo, como todos sabemos que la resurrección de Jesús y Su ascensión a los cielos ha sido un Dios que ya no está físicamente manifestado en este mundo. Permanece en el poder y nos ama con Su guía, pero hace todo por la obra del Espíritu Santo.
En el momento de la creación, el Padre Dios creó todas las cosas y las cuidaba. Después, la gente comenzó a multiplicarse, cada vez más numerosos, pero también hay más pecados en la vida de los hombres. Así que Jesús, el Hijo de Dios fue enviado a salvarlos de los pecados. Esa es llamamos la Edad de Jesús. Luego, esa época ha sido perfeccionado por Su resurrección. Dios no ha dejado jamás de realizar la salvación al mundo a través del Espíritu Santo, que se extiende en la historia de la creación hasta el último día. Esta es la Edad del Espíritu Santo.
Pero, ¿Tendremos el corazón para orar al Espíritu Santo? ¿Creemos que el Espíritu Santo es una de las tres personales de Dios es un Dios que está con nosotros también? ¿Nos sentimos cómodos a pedirlo como nuestra guía? Esta es una gran pregunta para nosotros. Me temo que sólo creemos en el Padre y Jesús, sin darnos cuenta que el Espíritu Santo siempre trabaja ayudándonos a seguir creyendo en el Padre y Jesús.

Queridos hermanos y hermanas,
Mantener la presencia del Espíritu Santo es igual mantener la santidad de nuestra vida. Nos aleja de todo lo que nos puede hacer lejos del Padre y de Jesús. Lo cuidamos a través de una vida sana, buena, junto con la naturaleza, nuestro prójimo y especialmente mantenemos unido con nuestro Padre Dios.
Los seres humanos siguen siendo seres humanos, pero de toda manera pueden ser santo mediante la transformación de una vida que cada vez mejor. El hombre puede ser bueno si se puede garantizar la armonía entre él y Dios, la naturaleza y el prójimo.
El Espíritu Santo no puede negar la presencia del Padre y de Jesús. Él siempre nos motiva a rezar e incluso a veces sentir miedo y preocupado por la ira de Dios. Esa es la obra del Espíritu que siempre nos lleva a estar más cerca de seguridad dada por Jesús y Su resurrección.
Espero que hayamos podido ser hijos de Dios y que mantengamos el templo del Espíritu Santo y que seamos una bendición para mucha gente en nuestro alrededor. Traer un montón de gente para experimentar el gozo de Dios en nuestras vidas. Que Dios los bendiga.
Muchas felicidades en este día de Pentecostés.
Que el Espíritu Santo permanezca para siempre en nuestro corazón. Así sea.